Zac11 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
ZACARIAS
Capítulo 11
Abre tus puertas, Líbano, y
que tus cedros sean presa de las llamas.
Gime, ciprés, porque ha caído el cedro,
porque los poderosos han sido arrasados. Giman, encinas de Basán, porque ha
sido abatida la selva impenetrable.
Escuchen el gemido de los pastores, porque
ha sido arrasado su esplendor; escuchen el rugido de los leones, porque ha sido
arrasado el orgullo del Jordán.
Así habla el Señor, mi Dios: Apacienta las
ovejas destinadas al matadero,
aquellas que sus compradores
matan impunemente, mientras los vendedores dicen: «¡Bendito sea el Señor, ya
soy rico!», y los pastores no se compadecen de ellas.
No, ya no tendré compasión de
los habitantes del país –oráculo del Señor– y entregaré a cada uno en manos de
su vecino y en manos de su rey; ellos aplastarán el país, y yo no los libraré
de sus manos.
Entonces apacenté las ovejas destinadas
al matadero por los traficantes de ovejas. Tomé dos bastones: a uno lo llamé
«Favor» y al otro «Vínculo». Me puse a apacentar las ovejas,
e hice desaparecer a los tres
pastores en un mes. Pero yo perdí la paciencia con ellas, y ellas también se
hastiaron de mí.
Yo dije: «¡No las apacentaré
más! ¡La que quiera morir, que muera! ¡La que quiera desaparecer, que
desaparezca! ¡Y las que queden, que se devoren entre sí!».
Después tomé mi bastón
«Favor», y lo quebré para romper mi pacto, el que yo había establecido con
todos los pueblos.
El pacto quedó roto ese día,
y los traficantes de ovejas que me observaban reconocieron que esa era una
palabra del Señor.
Yo les dije: «Si les parece
bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo». Ellos pesaron mi salario: treinta
siclos de plata.
Pero el Señor me dijo: «¡Echa al Tesoro
ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!». Yo tomé los treinta siclos
de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor.
Después quebré mi segundo bastón
«Vínculo», para romper la fraternidad entre Judá e Israel.
El Señor me dijo: Toma ahora la mochila de
un pastor insensato.
Porque yo voy a suscitar en el país un
pastor que no se preocupará de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni
curará a la herida, ni alimentará a la sana, sino que comerá la carne de las
más gordas y les arrancará hasta las pezuñas.
¡Pobre del pastor inútil que abandona el
rebaño! ¡La espada caiga sobre su brazo y sobre su ojo derecho! ¡Que su brazo
se seque por completo y que su ojo derecho se apague totalmente!