Tob12 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
TOBIAS
Capítulo 12
Cuando terminó de celebrarse la boda
Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, ya es hora de pagarle lo
convenido a tu compañero, agregando incluso algo más».
Tobías le respondió: «Padre, ¿cuánto tengo
que darle? Aunque le entregara la mitad de los bienes que él trajo conmigo, no
saldría perdiendo.
El me ha conducido sano y salvo, ha curado
a mi esposa, ha traído conmigo el dinero y te ha curado a ti. ¿Qué puedo darle
por todo esto?».
Tobit le dijo: «Hijo, es justo que se lleve
la mitad de lo que trajo».
Tobías llamó a su compañero y
le dijo: «Toma en pago la mitad de lo que has traído, y vete en paz».
Entonces Rafael llamó aparte
a los dos y les dijo: «Bendigan a Dios, y celébrenlo delante de todos los
vivientes por los bienes que él les ha concedido, para que todos bendigan y
alaben su Nombre. Hagan conocer debidamente a todos los hombres las obras de
Dios y nunca dejen de celebrarlo.
Es bueno mantener oculto el secreto del
rey, pero las obras de Dios hay que revelarlas y publicarlas como es debido. Practiquen el bien, y así el mal nunca los dañará.
Vale más la oración con el ayuno y la
limosna con la justicia, que la riqueza con la iniquidad. Bale más hacer
limosna que amontonar oro.
La limosna libra de la muerte y purifica de
todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida.
Los que pecan y practican la
injusticia son enemigos de su propia vida.
Voy a decirles toda la
verdad, sin ocultarles nada. Ya les dije que es bueno mantener oculto el
secreto del rey y revelar dignamente las obras de Dios.
Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el
que presentaba el memorial de sus peticiones delante de la gloria del Señor; y
lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos.
Cuando no dudabas en levantarte de la
mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para
ponerte a prueba.
Pero Dios también me envió para curarte a
ti y a tu nuera Sara.
Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que
están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia».
Los dos quedaron desconcertados
y cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor.
Pero él les dijo: «No teman, la paz esté
con ustedes. Bendigan a Dios eternamente.
Cuando yo estaba con ustedes, no era por
mi propia iniciativa, sino por voluntad de Dios. Es a él al que
deben bendecir y cantar todos los días.
Aunque ustedes me veían comer, eso no era
más que una apariencia.
Por eso, bendigan al Señor sobre la tierra
y celebran a Dios. Ahora subo a Aquel que me envió. Pongan por escrito todo lo
que les ha sucedido». Y en seguida se elevó.
Ellos bendecían a Dios, entonando himnos,
y lo celebraban por haber obrado esas maravillas, ya que se les había aparecido
un ángel de Dios.