Prov8 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
PROVERBIOS
Capítulo 8
- ¿No está llamando la Sabiduría y no hace
oír su voz la Inteligencia?
- En las cumbres más altas que
bordean el camino, apostada en el cruce de los senderos,
- al lado de las puertas, a la
entrada de la ciudad, en los lugares de acceso, ella dice en alta voz:
- «A ustedes, hombres, yo los
llamo, y mi voz se dirige a los seres humanos.
- Entiendan, incautos, qué es
la perspicacia; entiendan, necios, qué es la sensatez.
- Escuchen: es muy importante
lo que voy a decir, mis labios se abren para expresar lo que es recto.
- Sí, mi boca profiere la verdad, la maldad
es una abominación para mis labios.
- Todas mis palabras son
conformes a la justicia, no hay en ellas nada retorcido o sinuoso;
- todas son exactas para el que
sabe entender y rectas para los que ha hallado la ciencia.
- Adquieran mi instrucción, no la plata, y
la ciencia más que el oro acrisolado.
- Porque la Sabiduría vale más que las
perlas, y nada apetecible se le puede igualar».
- Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia
y poseo la ciencia de la reflexión.
- El temor del Señor es detestar el mal: yo
detesto la soberbia, el orgullo, la mala conducta y la boca perversa.
- A mí me pertenecen el consejo y la
habilidad, yo soy la inteligencia, mío es el poder.
- Por mí reinan los reyes y
los soberanos decretan la justicia;
- por mí gobiernan los
príncipes y los nobles juzgan la tierra.
- Yo amo a los que me aman y
los que me buscan ardientemente, me encontrarán.
- Conmigo están la riqueza y
la gloria, los bienes perdurables y la justicia.
- Mi fruto vale más que el oro, que el oro
fino, y rindo más que la plata acrisolada.
- Yo voy por el sendero de la
justicia, en medio de las sendas de la equidad,
- para repartir posesiones a
los que me aman y para colmar sus tesoros.
- El Señor me creó como
primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre.
- Yo fui formada desde la
eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra.
- Yo nací cuando no existían
los abismos, cuando no había fuentes de aguas caudalosas.
- Antes que fueran cimentadas
las montañas, antes que las colinas, yo nací,
- cuando él no había hecho aún
la tierra ni los espacios ni los primeros elementos del mundo.
- Cuando él afianzaba el
cielo, yo estaba allí; cuando trazaba el horizonte sobre el océano,
- cuando condensaba las nubes en lo alto,
cuando infundía poder a las fuentes del océano,
- cuando fijaba su límite al mar para que
las aguas no transgredieran sus bordes, cuando afirmaba los cimientos de la
tierra,
- yo estaba a su lado como un hijo querido y
lo deleitaba día tras día, recreándome delante de él en todo tiempo,
- recreándome sobre la faz de
la tierra, y mi delicia era estar con los hijos de los hombres.
- Y ahora, hijos, escúchenme:
¡felices los que observan mis caminos!
- Escuchen la instrucción y
sean sabios: ¡no la descuiden!
- ¡Feliz el hombre que me
escucha, velando a mis puertas día tras día y vigilando a la entrada de mi
casa!
- Porque el que me encuentra
ha encontrado la vida y ha obtenido el favor del Señor;
- pero el que peca contra mí
se hace daño a sí mismo y todos los que me odian, aman la muerte.