Cuando un persona ofrezca al Señor una
oblación, su ofrenda consistirá en harina de la mejor calidad; sobre ella
derramará aceite y pondrá incienso.
La llevará a los hijos de Aarón, los
sacerdote, y el sacerdote tomará un puñado de la harina con aceite y todo el
incienso, y hará arder sobre el altar ese memorial, como una ofrenda que se
quema con aroma agradable al Señor.
El resto de la oblación será para Aarón y
sus hijos, como una porción santísima de las ofrendas que se queman para el
Señor.
Si presentas una oblación de alimentos
cocidos al horno, la ofrenda será de harina de la mejor calidad, preparadas en
forma de panes sin levadura amasados con aceite, o de galletas sin levadura
untadas con aceite.
Si ofreces una oblación de alimentos fritos
a la sartén, la harina estará amasada con aceite y no llevará levadura.
Deberás cortarla en pedazos y derramar
aceite sobre ella: es una oblación.
Si ofreces una oblación de alimentos
cocidos a la cacerola, la ofrenda deberá estar hecha con harina de la mejor
calidad y con aceite.
Cuando presentes al Señor una oblación
preparada en cualquiera de estas formas, la llevarás al sacerdote, y él la
acercará al altar,
luego apartará de ella el memorial y lo
hará arder sobre al altar: es una ofrenda que se quema con aroma agradable al
Señor.
El resto de la oblación será para Aarón y
sus hijos, como un porción santísima de las ofrendas que se queman para el
Señor.
Ninguna de las oblaciones que ustedes
ofrecerán al Señor estará hecha con materia fermentadas, porque ni la levadura
ni la miel deben arder como ofrenda que se quema para el Señor.
Podrán presentarlas al Señor como ofrendas
de primicias, pero no serán ofrecidas sobre el altar como sacrificio de aroma
agradable.
En cambio, sazonarás con sal todas las
oblaciones que ofrezcas. Nunca dejarás que falte a tu oblación la sal de la
alianza de tu Dios: sobre todas tus oblaciones deberás ofrecer sal.
Si presentas al Señor una oblación de
primicias, ofrecerás espigas tostadas al fuego o granos molidos de cereales
recién maduros.
Sobre ella derramarás aceite y le añadirás
incienso: es una oblación.
Luego el sacerdote hará arder como
memorial una parte del grano molido y del aceite, con todos el incienso» es una
ofrenda que se quema para el Señor.