Job3 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JOB
Capítulo 3
- Después de esto, Job rompió el silencio y
maldijo el día de su nacimiento.
- Tomó la palabra y exclamó:
- ¡Desaparezca el día en que
nací y la noche que dijo: «Ha sido engendrado un varón»!
- ¡Que aquel día se convierta
en tinieblas! Que Dios se despreocupe de él desde lo alto y no brille sobre él
ni un rayo de luz.
- Que lo reclamen para sí las
tinieblas y las sombras, que un nubarrón se cierna sobre él y lo aterrorice un
eclipse de sol.
- ¡Sí, que una densa oscuridad se apodere de
él y no se lo añada a los días del año ni se lo incluya en el cómputo de los
meses!
- ¡Que aquella noche sea
estéril y no entre en ella ningún grito de alegría!
- Que la maldigan los que
maldicen los días, los expertos en excitar a Leviatán.
- Que se oscurezcan las
estrellas de su aurora; que espere en vano la luz y nos vea los destellos del
alba.
- Porque no me cerró las puertas del seno
materno ni ocultó a mis ojos tanta miseria.
- ¿Por qué no me morí al nacer? ¿Por qué no
expiré al salir del vientre materno?
- ¿Por qué me recibieron dos
rodillas y dos pechos me dieron de mamar?
- Ahora yacería tranquilo estaría dormido y así
descansaría,
- junto con los reyes y
consejeros de la tierra que se hicieron construir mausoleos,
- o con los príncipes que
poseían oro y llenaron de plata sus moradas.
- O no existiría, como un aborto enterrado,
como los niños que nunca vieron la luz.
- Allí, los malvados dejan de
agitarse, allí descansan los que están extenuados.
- También los prisioneros
están en paz, no tienen que oír los gritos del carcelero.
- Pequeños y grandes son allí
una misma cosa, y el esclavo está liberado de su dueño.
- ¿Para qué dar a luz a un
desdichado y la vida a los que están llenos de amargura,
- a los que ansían en vano la
muerte y la buscan más que a un tesoro,
- a los que se alegrarían de
llegar a la tumba y se llenarían de júbilo al encontrar un sepulcro,
- al hombre que se le cierra
el camino y al que Dios cerca por todas partes?
- Los gemidos se han
convertido en mi pan y mis lamentos se derramen como agua.
- Porque me sucedió lo que más temía y me
sobrevino algo terrible.
- ¡No tengo calma, ni tranquilidad, ni
sosiego, sólo una constante agitación!