Job21 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JOB
Capítulo 21
- Job respondió, diciendo:
- ¡Oigan, oigan bien mis palabras, concédanme
al menos este consuelo!
- Tengan paciencia mientras hablo yo, y una
vez que haya hablado, se podrán burlar.
- ¿Acaso yo me quejo de un hombre o no tengo
motivo para estar indignado?
- Vuélvanse a mí, y quedarán consternados, se
pondrán la mano sobre la boca.
- Cuando me acuerdo, yo mismo me horrorizo y
todo mi cuerpo se estremece.
- ¿Cómo es posible que vivan
los malvados, y que aun siendo viejos, se acreciente su fuerza?
- Su descendencia se afianza
ante ellos, sus vástagos crecen delante de sus ojos.
- Sus casas están en paz,
libres de temor, y no los alcanza la vara de Dios.
- Su toro fecunda sin fallar nunca, su vaca
tiene cría sin abortar jamás.
- Hacen correr a sus niños
como ovejas, sus hijos pequeños saltan de alegría.
- Entonan canciones con el
tambor y la cítara y se divierten al son de la flauta.
- Acaban felizmente sus días y
descienden en paz al Abismo.
- Y ellos decían a Dios:
«¡Apártate de nosotros, no nos importa conocer tus caminos!
- ¿Qué es el Todopoderoso para
que lo sirvamos y qué ganamos con suplicarle?».
- ¿No tienen la felicidad en
sus manos? ¿No está lejos de Dios el designio de los malvados?
- ¿Cuántas veces se extingue
su lámpara y la ruina se abate sobre ellos? ¿Cuántas veces en su ira él les da
su merecido,
- y ellos son como paja delante del viento,
como rastrojo que se lleva el huracán?
- ¿Reservará Dios el castigo para sus hijos?
¡Que lo castigue a él, que él lo sienta!
- ¡Que sus propios ojos vean su fracaso, que
beba el furor del Todopoderoso!
- ¿Qué le importará de su casa después de
él, cuando se haya cortado el número de sus meses?
- Pero ¿puede enseñarse la sabiduría a Dios,
a él, que juzga a los seres más elevados?
- Uno muere en la plenitud de
su vigor, enteramente feliz y tranquilo,
- con sus caderas repletas de
grasa y la médula de sus huesos bien jugosa.
- Otro muere con el alma amargada, sin haber
gustado la felicidad.
- Después, uno y otro yacen
juntos en el polvo y los recubren los gusanos.
- ¡Sí, yo sé lo que ustedes piensan, los
razonamientos que alegan contra mí!
- «¿Dónde está, dicen ustedes, la casa del
potentado y la carpa en que habitaban los malvados?».
- Pero ¿no han preguntado a los que pasan
por el camino? ¿No han advertido, por las señales que dan,
- que el impío es preservado en el día de la
ruina y es puesto a salvo en el día del furor?
- ¿Quién le devuelve el mal
que hizo?
- Es llevado al cementerio, y una lápida
monta guardia sobre él.
- Son dulces para él los terrones del valle;
todo el mundo desfila detrás de él, y ante él, una multitud innumerable.
- ¡Qué inútil es el consuelo
que me ofrecen! Sus respuestas son puras falacias.