Job20 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JOB
Capítulo 20
- Sofar de Naamá respondió, diciendo:
- Mis pensamientos me obligan a replicar,
porque no puedo dominar mi excitación.
- Tengo que oír reproches injuriosos, pero mi
inteligencia me inspira una respuesta.
- ¿No sabes acaso que desde siempre, desde
que el hombre fue puesto sobre la tierra,
- el júbilo de los malvados acaba pronto y la
alegría del impío dura sólo un instante?
- Aunque su altura se eleve hasta el cielo y
llegue a tocar las nubes con la cabeza,
- él perece para siempre, como sus
excrementos, y sus conocidos preguntan: «¿Dónde está?».
- Huye como un sueño, y nadie lo encuentra,
desechado como una visión nocturna,
- El ojo que lo miraba no lo ve más, el lugar
que ocupaba lo pierde de vista.
- Sus hijos indemnizan a los
que él empobreció y sus propias manos restituyen las riquezas
- El vigor juvenil que llenaba
sus huesos yace con él en el polvo.
- El mal era dulce a su boca y él lo
disimulaba bajo su lengua;
- lo saboreaba y no lo soltaba, lo retenía
en medio de su paladar;
- pero su comida se corrompe
en las entrañas, es un veneno de víboras dentro de él.
- Tiene que vomitar las
riquezas que tragó, Dios se las arranca de su vientre.
- ¡El mamaba veneno de serpientes y lo mata
la lengua de la víbora!
- Ya no ve más los arroyos de
aceite ni los torrentes de miel y leche cuajada.
- Devuelve las ganancias sin tragarlas, y no
disfruta de lo que lucró con sus negocios,
- porque oprimió y dejó sin
amparo a los pobres, y usurpó casas que no había edificado.
- Su voracidad no conocía descanso y nada
escapaba a sus deseos;
- nadie se libraba de su avidez, por eso no
dura su prosperidad.
- En el colmo de la abundancia, lo asalta la
angustia, le sobrevienen toda clase de desgracias.
- Mientras él llena su vientre, Dios
descarga el ardor de su ira y hace llover el fuego de su enojo sobre él.
- Si escapa del arma de hierro, lo traspasa
el arco de bronce:
- la flecha le sale por la espalda, y la
punta fulgurante por el hígado. Lo invaden los terrores,
- todas las tinieblas están reservadas para
él, lo consume un fuego que nadie atiza y que devora lo que aún queda de su
carpa.
- Los cielos revelan su iniquidad y la
tierra se levanta contra él.
- Un diluvio se lleva su casa, una
correntada, en el día de la ira.
- Esta es la porción que Dios asigna al
malvado, la herencia que le tiene destinada.