Job19 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JOB
Capítulo 19
- Job respondió, diciendo:
- ¿Hasta cuándo me va a afligir y me van a
torturar con sus palabras?
- Ya es la décima vez que me
ultrajan, que me maltratan desvergonzadamente.
- Aunque fuera verdad que cometí un error, mi
error me concierne sólo a mí.
- Ustedes se envalentonan contra mí y me
imputan mi ignominia:
- pero sepan que es Dios el que
me agravia y que él me ha envuelto en su red.
- Si grito: «¡Violencia!», no tengo
respuesta; si pido auxilio, no se hace justicia.
- El cercó mi camino y no puedo pasar; cubrió
de tinieblas mi sendero.
- Me ha despojado de mi honor y quitó la
corona de mi cabeza.
- Me demolió por completo, y ya me voy;
arrancó, como un árbol, mi esperanza.
- Encendió su indignación contra mí y me
trató como a su enemigo.
- Sus escuadrones llegaron en tropel, se
abrieron camino hasta mí y acamparon alrededor de mi carpa.
- Mis hermanos se alejaron de
mí y soy un extraño para mis amigos.
- Desaparecieron mis allegados
y familiares, me olvidaron
- los huéspedes de mi casa. Mis servidoras
me consideran un extraño, me he convertido en un intruso para ellas.
- Llamo a mi servidor, y no responde, aunque
se lo pida por favor.
- Mi mujer siente asco de mi aliento, soy
repugnante para los hijos de mis entrañas.
- Hasta los niños pequeños me desprecian:
cuando me levanto, se burlan de mí.
- Mis amigos íntimos me
abominan, los que yo amaba se vuelven contra mí.
- Los huesos se me pegan a la
piel y se me desprenden los dientes de las envías.
- ¡Apiádense, apiádense de mí, amigos míos,
porque me ha herido la mano de Dios!
- ¿Por qué ustedes me persiguen como Dios y
no terminan de saciarse con mi carne?
- ¡Ah, si se escribieran mis
palabras y se las grabara en el bronce;
- si con un punzón de hierro y plomo fueran
esculpidas en la roca para siempre!
- Porque yo sé que mi Redentor vive y que
él, el último, se alzará sobre el polvo
- Y después que me arranquen esta piel, yo,
con mi propia carne, veré a Dios.
- Sí, yo mismo lo veré, lo contemplarán mis
ojos, no los de un extraño. ¡Mi corazón se deshace en mi pecho!
- Si ustedes dicen: «¿Cómo lo perseguiremos
y qué pretexto encontraremos para procesarlo?»,
- teman que la espada los
hiera a ustedes mismos, porque esas son culpas dignas de la espada: y entonces
sabrán que hay un juez.