Jer40 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JEREMIAS
Capítulo 40
Palabra que llegó a
Jeremías de parte del Señor, después que Nebuzaradán, comandante de la guardia,
lo dejó ir de Ramá, donde lo encontró atado con cadenas entre todos los
cautivos de Jerusalén y de Judá, que eran deportados a Babilonia.
El comandante de la guardia tomó aparte a
Jeremías y le dijo: «El Señor, tu Dios, anunció esta desgracia para este lugar,
y la hizo venir; él obró conforme a lo que
había dicho. Porque ustedes han pecado contra el Señor y no han escuchado su
voz, les ha sobrevenido esto.
Y ahora, yo te libro hoy de
las cadenas que tienes en tus manos. Si quieres venir conmigo a
Babilonia, ven y yo velaré por ti; pero si prefieres no venir conmigo a
Babilonia, no lo hagas. Tienes todo el país delante de ti: ve adonde te guste o
te convenga ir».
Y como él aún no se decidía a volver,
añadió: «Vuelve junto a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán, a quien el rey
de Babilonia nombró gobernador de las ciudades de Judá y permanece con él en
medio del pueblo, o ve adonde te convenga ir». El comandante de la guardia le
dio víveres y un regalo, y lo despidió.
Jeremías se fue junto a Godolías, hijo de
Ajicam, a Mispá, y permaneció con él, en medio del pueblo que había quedado en
el país.
Todos los jefes de las tropas que estaban
en el campo, lo mismo que sus hombres, se enteraron de que el rey de Babilonia,
gobernador del país, y le había encomendado a los hombres, las mujeres y los
niños, y a la gente pobre del país, que no habían sido deportados a Babilonia.
Ellos se presentaron a Godolías en Mispá:
eran Ismael, hijo de Natanías, Iojanán, hijo de Caréaj, Serías, hijo de
Tanjumet, los hijos de Efai el netofita y Iazanías, hijo de Maacá, junto con
sus hombres.
Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán,
les hizo este juramento, a ellas y sus hombres: «No tengan miedo de servir a
los caldeos; permanezcan en el país, sirvan al rey de Babilonia, y les irá
bien.
Yo permaneceré en Mispá, para estar a las
órdenes de los caldeos que vengan hasta nosotros. En cuanto a
ustedes, recojan el vino, los frutos y el aceite, pónganlos en recipientes, y
permanezcan en las ciudades que ocupan».
También los judíos que
estaban en Moab, entre los amonitas y en Edom, y los que estaban en todos los
demás países, oyeron que el rey de Babilonia había dejado un resto de Judá y le
había puesto como gobernador a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán.
Todos esos judíos
volvieron de los lugares adonde habían sido expulsados; y una vez llegados al
país de Judá, junto a Godolías, en Mispá, recogieron vino y frutos en gran
cantidad.
Iojanán, hijo de Caréaj, y
todos los jefes de las tropas que estaban en el campo, se presentaron a
Godolías, en Mispá,
y le dijeron: «¿No sabes
acaso que Baalís, rey de los amonitas, envió a Ismael, hijo de Natanías, para
que atente contra tu vida?». Pero Godolías, hijo de Ajicam, no les creyó.
Entonces Iojanán, hijo de
Caréaj, dijo en secreto a Godolías, en Mispá: «Déjame que vaya a matar a
Ismael, hijo de Natanías, sin que nadie se entere. ¿Por qué va a atentar contra
tu vida? ¿Por qué van a ser dispersados todos los judíos que se han reunido
junto a ti, y por qué va a perecer todo el resto de Judá?».
Pero Godolías, hijo de
Ajicam, respondió a Iojanán, hijo de Caréaj: «No hagas eso, porque es falso lo
que tú dices acerca de Ismael».