Jer28 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JEREMIAS
Capítulo 28
Aquel mismo año, al
comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, el cuarto año, en el quinto mes,
Ananías, hijo de Azur, que era un profeta de Gabaón, me habló así en la Casa
del Señor, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo:
«Así habla el Señor de los
ejércitos, el Dios de Israel: ¡Yo he quebrado el yugo del rey de Babilonia!
Dentro de dos años, devolveré
a este lugar los objeto de la Casa del Señor de Nabucodonosor, rey de
Babilonia, sacó de este lugar y se llevó a Babilonia.
Y también a Jeconías, hijo de
Joaquím, rey de Judá, y a todos los deportados de Judá que fueron a Babilonia,
los haré volver a este lugar –oráculo del Señor– cuando yo quiebre el yugo del
rey de Babilonia».
Entonces el profeta Jeremías
se dirigió al profeta Ananías, en presencia de los sacerdotes y de todo el
pueblo, que estaban de pie en la Casa del Señor,
y el profeta Jeremías dijo:
«¡Amén! ¡Que así lo haga el Señor! Que el Señor cumpla tus palabras, las que tú
has profetizado, haciendo volver los objetos de la Casa del Señor y a todos los
deportados, de Babilonia a este lugar.
Sin embargo, escucha bien
esta palabra que yo digo a tus oídos, y a los oídos de todo el pueblo:
Los profetas que nos han
precedido desde siempre, a mí y a ti, profetizaron la guerra, el hambre y la
peste a numerosos países y contra grandes reinos.
Pero si un profeta profetiza la paz, sólo
cuando se cumple la palabra de ese profeta, él es reconocido como profeta
verdaderamente enviado por el Señor».
El profeta Ananías tomó la barra que
estaba sobre el cuello de Jeremías y la quebró.
Luego dijo, en presencia de todo el
pueblo: «Así habla el Señor: De esta misma manera, dentro de dos años, yo
quebraré el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que está encima del cuello
de todas las naciones». Y el profeta Jeremías se fue por su camino.
Después que el profeta Ananías quebró la
barra que estaba sobre el cuello del profeta Jeremías, la palabra del Señor
llegó a Jeremías, en estos términos:
«Ve a decirle a Ananías: Así habla el
Señor: Tú has quebrado barras de madera, pero yo no pondré en lugar de ellas
barras de hierro.
Porque así habla el Señor de los
ejércitos, el Dios de Israel: Yo he puesto un yugo de hierro sobre todas estas
naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y ellas lo
servirán; hasta los animales del campo se los he dado».
El profeta Jeremías dijo al profeta
Ananías: «¡Escucha bien, Ananías! El Señor no te ha enviado, y tú has infundido
confianza a este pueblo valiéndote de una mentira.
Por eso, así habla el Señor: Yo te enviaré
lejos de la superficie del suelo: este año morirás, porque has predicado la
rebelión contra el Señor».
El profeta Ananías murió ese mismo año,
en el séptimo mes.