Jer24 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JEREMIAS
Capítulo 24
El Señor me hizo ver dos canastas de
higos, puestas delante del Templo del Señor. Esto sucedió después que
Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó de Jerusalén a Jeconías, hijo de
Joaquím, rey de Judá, así como también a los príncipes de Judá, a los artesanos
y a los cerrajeros, y se los llevó a Babilonia.
Una canasta tenía higos muy malos, tan
malos que no se los podía comer.
El Señor me dijo: «¿Qué
ves, Jeremías?». «Higos, respondí; los higos buenos son
muy buenos; los higos malos son muy malos, tan malos que no se los puede
comer».
Entonces la palabra del Señor
me llegó en estos términos:
Así habla el Señor, Dios de
Israel: Como a estos higos buenos, así miraré yo para su bien a los deportados
de Judá que envié de este lugar al país de los caldeos.
Yo pondré mis ojos sobre
ellos para su bien, y los haré volver a este país; los edificaré y no los
demoleré, los plantaré y nos los arrancaré.
Les daré un corazón para que
me conozcan a mí, que soy el Señor ; ellos serán mi Pueblo y yo seré su Dios,
porque volverán a mí de todo corazón.
Pero como a esos higos malos,
que de tan malos no se los puede comer –sí, así habla el Señor– de esa misma
manera, trataré a Sedecías, rey de Judá, a sus príncipes y al resto de
Jerusalén, tanto a los que han quedado en este país como a los que habitan en
el país de Egipto.
Yo haré de ellos un objeto de
terror para todos los reinos de la tierra, un objeto de escarnio, de sátira y
de risa, y una maldición en todos los lugares adonde los expulsaré.
Enviaré contra ellos la
espada, el hambre y la peste, hasta que desaparezcan por completo del suelo que
les di a ellos y a sus padres.