Jer14 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JEREMIAS
Capítulo 14
Palabra del Señor que llegó a Jeremías
con motivo de la gran sequía:
Judá está de duelo y sus
puertas desfallecen; están lúgubres, aterradas, y se eleva el clamor de
Jerusalén.
Los nobles mandan a sus
criados en busca de agua: ellos van a las cisternas, pero no encuentran agua;
vuelven con los cántaros vacíos; avergonzados y confundidos, se agarran la
cabeza.
Al ver el suelo agrietado, porque no hay
lluvia en el país, los campesinos, avergonzados, se agarran la cabeza.
Sí, hasta la cierva en el campo, deja
abandonadas sus crías, por falta de pasto;
los asnos salvajes se paran
en los montes desolados, aspiran el aire como los chacales; sus ojos se
consumen, porque no hay más hierba.
¡Si muestra iniquidad atestigua contra
nosotros, obra, Señor, a causa de tu Nombre! Porque son muchas nuestras
apostasías, hemos pecado contra ti.
Señor, esperanza de Israel, su salvador en
el tiempo de la angustia: ¿por qué te comportas como un extranjero en el país,
como un viajero que sólo acampa para pernoctar?
¿Por qué procedes como un hombre aturdido,
como un guerrero impotente para salvar? Pero tú, Señor, estás en
medio de nosotros, nosotros somos llamados con tu Nombre: ¡no nos abandones!
Así habla el Señor acerca de
este pueblo: ¡Cómo les gusta vagabundear! ¡No refrenan sus pasos! Pero el Señor
no se complace en ellos: ahora se va a acordar de sus faltas y va a castigar
sus pecados.
El Señor me dijo: No ruegues
en favor de este pueblo, no pidas por su bien.
Aunque ayunen, no escucharé
sus gritos; aunque ofrezcan holocaustos y oblaciones, no los aceptaré. Antes
bien, los voy a exterminar por la espada, por el hambre y la peste.
Entonces dije: «Ah, Señor!
Mira que los profetas les dicen: Ustedes no verán la espada ni pasarán hambre,
porque yo les daré una paz duradera en este lugar».
El Señor me respondió: Es
falso eso que los profetas profetizan en mi Nombre; yo no los envié, no les di
ninguna orden ni les hablé. Visiones engañosas, vana adivinación,
fantasías de su imaginación: eso es lo que lo ellos profetizan para ustedes.
Por eso, acerca de los profetas que
profetizan en mi Nombre sin que yo los haya enviado, y que andan diciendo: «No
habrá espada ni hambre en este país»: Así habla el Señor: ¡Por la espada y el
hambre serán aniquilados esos profetas!
Y aquellos a quienes ellos
profetizan, serán arrojados por las calles de Jerusalén, a consecuencia del
hambre y de la espada, sin que haya nadie para enterrarlos, ni a ellos, ni a
sus mujeres, ni a sus hijos ni a sus hijas. Yo derramaré sobre ellos su propia
maldad.
Tú les dirás esta palabra:
Que mis ojos se deshagan en lágrimas, día y noche, sin cesar, porque la virgen
hija de mi pueblo ha sufrido un gran quebranto, una llaga incurable.
Si salgo al campo abierto, veo las
víctimas de la espada; si entro en la ciudad, veo los sufrimientos del hambre.
Sí, hasta el profeta y el sacerdote recorren el país y no logran comprender.
¿Has rechazado del todo a Judá? ¿Estás
disgustado con Sión? ¿Por qué nos has herido sin remedio? Se esperaba la paz,
¡y no hay nada bueno...! el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto!
Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la
iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.
A causa de tu Nombre, no desprecie, no
envilezcas el trono de tu Gloria: ¡acuérdate, no rompas tu Alianza con
nosotros!
Entre los ídolos de las naciones, ¿hay
alguien que haga llover? ¿Es el cielo el que envía los chaparrones? ¿No eres
tú, Señor, nuestro Dios? Nosotros esperamos en ti, porque eres tú el que has
hecho todo esto.