Jdt12 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
JUDIT
Capítulo 12
Luego Holofernes la hizo
pasar al lugar donde tenía preparada su vajilla de plata, y ordenó que le
sirvieran de sus propios manjares y le dieran a beber de su vino.
Pero Judit le dijo: «No
comeré de ellos, para no incurrir en falta; lo que he traído conmigo me
bastará».
Holofernes le respondió: «Y
cuando se acaben tus provisiones, ¿De dónde sacaremos otras semejantes, ya que
entre nosotros no hay nadie de tu pueblo?».
Judit le dijo: «Quédate
tranquilo, señor, porque antes que consuma mis provisiones, el Señor habrá
cumplido por mi intermedio lo que tiene determinado».
Luego los oficiales de
Holofernes la condujeron a su carpa, y ella durmió hasta la medianoche. Antes
de la aurora, se levantó,
y mandó decir a Holofernes:
«Señor, ordena que me dejen salir para hacer oración».
Y él ordenó a sus guardias
personales que no se lo impidieran. Así permaneció Judit tres días en el
campamento; cada noche salía al valle de Betulia y se bañaba en la fuente que
estaba en el campamento.
Cuando salía del agua, oraba
al Señor, el Dios de Israel, que dirigiera sus pasos para resurgimiento de los
hijos de su pueblo.
Y cuando regresaba, ya purificada,
permanecía en al carpa hasta que le traían su alimento, hacia el atardecer.
Al cuarto día, Holofernes ofreció un
banquete, exclusivamente para su personal de servicio, sin invitar a ninguno de
sus oficiales.
Y dijo a Bagoas, el eunuco que era su
mayordomo: «Trata de convencer a esa mujer hebrea que está bajo tu cuidado para
que venga a comer y a beber con nosotros.
Porque sería vergonzoso que dejáramos
partir a una mujer como esta sin haber gozado de ella. Si no logramos
conquistarla, ella se burlará de nosotros».
Bagoas salió de la presencia de
Holofernes, fue adonde estaba Judit y le dijo: «No tenga reparo esta preciosa
joven en presentarse ante mi señor, para ser honrada por él y beber alegremente
con nosotros. Hoy serás tratada como una de las asirias que viven en el palacio
de Nabucodonosor».
Judit le respondió: «¿Quién soy yo para
contradecir a mi señor? Haré gustosamente todo lo que le agrade, y eso será
para mí un motivo de alegría hasta el día de mi muerte».
En seguida se levantó, y se atavió con sus
vestiduras y con todos sus adornos femeninos. Su servidora, se adelantó y le
extendió en el piso, ante Holofernes, las pieles que Bagoas le había dado para
su uso diario, a fin de que comiera reclinada sobre ellas.
Judit entró y se reclinó; el
corazón de Holofernes quedó cautivado por ella, su espíritu se turbó, y ardía
en deseos de poseerla, porque desde la primera vez que la vio, buscaba la
oportunidad de seducirla.
«Bebe, le dijo Holofernes, y
alégrate con nosotros».
Judit le replicó: «Beberé
con mucho gusto, señor, porque desde el día en que nací, jamás he apreciado
tanto la vida como hoy».
Entonces tomó lo que le
había preparado su servidora, y comió y bebió en presencia de él,
mientras Holofernes, encantado con ella,
bebió tanto vino como nunca lo había hecho en un solo día desde su nacimiento.