Oráculo sobre Moab. La
noche en que fue devastada, sucumbió Ar de Moab. La noche en que fue devastada.
sucumbió Quir de Moab.
La gente de Dibón ha subido a los lugares
altos para llorar. Por Nebo y por Medebá, está gimiendo Moab.
Todas las cabezas están rapadas, todas las barbas cortadas.
Van por sus calles vestidos
de sayal, sobre sus techos y en sus plazas todos lanzan gemidos, deshechos en
llanto.
Gritan Jesbón y Elealé. hasta
en Iahás se hace oír su voz. Por eso se estremecen las entrañas de Moab,
hasta su alma se estremece.
Mi corazón grita por Moab, sus fugitivos
llegan hasta Soar, hasta Eglat Selisiyá. Sí, por la subida de Lujit, la gente
sube llorando; sí, por el camino de Joronaim, se lanza un grito desgarrador.
Porque las aguas de Nimrím son una
desolación, el pasto está seco. la hierba consumida, ya no existe el verdor.
Por eso se llevan más allá del torrente de
los Sauces lo que han podido ahorrar y sus reservas.
Porque el clamor va recorriendo el
territorio de Moab sus alaridos llegaban hasta Eglaim, sus alaridos llegan a
Beer Elím,
porque las aguas de Dimón
están llenas de sangre. Pero yo añadiré a las desgracias de Dimón un león para
los fugitivos de Moab, para el resto de Admá.