Gen30 - kzu/VocabularioTeologiaBiblica GitHub Wiki
El Antiguo Testamento
GENESIS
Capítulo 30
Los hijos de
Bilhá
- Al ver que no podía dar hijos a Jacob, Raquel tuvo envidia de su hermana, y dijo a su marido: «Dame hijos, porque si no, me muero».
- Pero Jacob, indignado, le respondió: «¿Acaso yo puedo hacer las veces de Dios, que te impide ser madre?».
- Ella añadió: «Aquí tienes a mi esclava Bilhá. Unete a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas. Por medio de ella, también yo voy a tener hijos».
- Así le dio por mujer a su esclava Bilhá. Jacob se unió a ella,
- y cuando Bilhá concibió y dio un hijo a Jacob.
- Raquel dijo: «Dios me hizo justicia: él escuchó mi voz y me ha dado un hijo». Por eso lo llamó Dan.
- Después Bilhá, la esclava de Raquel, volvió a concebir y dio un segundo hijo a Jacob.
- Entonces Raquel dijo: «Sostuve con mi hermana una lucha muy grande, pero al fin he vencido». Y lo llamó Neftalí.
Los hijos de Zilpá
- Lía, por su parte, viendo que había dejado de dar a luz, tomó a su esclava Zilpá y se la dio como mujer a Jacob.
- Cuando Zilpá, la esclava de Lía, dio un hijo a Jacob,
- Lía exclamó: «¡Qué suerte!». Y lo llamó Gad.
- Después Zilpá, la esclava de Lía, dio otro hijo a Jacob.
- Lía dijo entonces: «¡Qué felicidad! Porque todas las mujeres me felicitarán». Y lo llamó Aser.
Los otros hijos de Lía
- Rubén salió una vez mientras se estaba cosechando el trigo, y encontró en el campo unas mandrágoras, que luego entregó a su madre. Entonces Raquel dijo a Lía: «Por favor, dame algunas de esas mandrágoras que trajo tu hijo».
- Pero Lía respondió: «¿No te basta con haberme quitado a mi marido, que ahora quieres arrebatarme también las mandrágoras de mi hijo?». «Está bien, respondió Raquel, que esta noche duerma contigo, a cambio de las mandrágoras de tu hijo».
- Al atardecer, cuando Jacob volvía del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: «Tienes que venir conmigo, porque he pagado por ti las mandrágoras que encontró mi hijo». Aquella noche Jacob durmió con ella,
- y Dios la escuchó, porque concibió una vez más, y dio a Jacob un quinto hijo.
- Entonces Lía exclamó: «Dios me ha recompensado, por haber dado mi esclava a mi marido». Y lo llamó Isacar.
- Luego Lía volvió a concebir y dio un sexto hijo a Jacob.
- «Dios me hizo un precioso regalo», dijo Lía. «Esta vez mi marido me honrará, porque le he dado seis hijos». Y lo llamó Zabulón.
- Finalmente tuvo una hija, a la que llamó Dina.
El primer hijo de Raquel
- Dios también se acordó de Raquel, la escuchó e hizo fecundo su seno.
- Ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: «Dios ha borrado mi afrenta».
- Y lo llamó José, porque dijo: «Que el Señor me conceda un hijo más».
El enriquecimiento de Jacob
- Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: «Déjame volver a mi casa y a mi país.
- Dame a mis mujeres, por las que te he servido, y a mis hijos, para que pueda irme. Porque tú sabes muy bien cuánto trabajé por ti».
- Pero Labán le respondió: «Si quieres hacerme un favor, quédate conmigo. Yo he llegado a saber, por medio de la adivinación, que el Señor me bendijo gracias a ti.
- Por eso, siguió diciendo, fíjame tú mismo el salario que debo pagarte».
- Entonces Jacob añadió: «Tú sabes bien cómo te he servido, y cómo prosperó tu hacienda gracias a mis cuidados.
- Lo poco que tenías antes que yo llegara se ha acrecentado enormemente, ya que el Señor te bendijo gracias a mí. Pero ya es hora de que también haga algo por mi propia casa».
- «¿Qué debo darte en pago?», preguntó Labán. Y Jacob respondió: «No tendrás que pagarme nada. Si haces lo que te voy a proponer, yo volveré a apacentar tu rebaño y a ocuparme de él.
- Revisa hoy mismo todo tu rebaño, y aparta de él todas las ovejas negras y todas las cabras moteadas o manchadas. Ese será mi salario.
- Y más adelante, cuando tú mismo vengas a verificar mis ganancias, mi honradez responderá por mí; si llego a tener en mi poder alguna cabra que no sea manchada o moteada, o alguna oveja que no sea negra, eso será un robo que yo he cometido».
- «Está bien, dijo Labán, que sea como tú dices».
- Pero aquel mismo día, Labán separó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas –todo lo que tenía una mancha blanca– y todos los corderos negros, y los confió al cuidado de sus hijos.
- Después interpuso entre él y Jacob una distancia de tres días de camino. Mientras tanto, Jacob apacentaba el resto del rebaño de Labán.
- Jacob tomó unas ramas verdes de álamo, almendro y plátano, y trazó en ellas unas franjas blancas, dejando al descubierto la parte blanca de las ramas.
- Luego puso frente a los animales, en los bebederos o recipientes de agua donde iba a beber el rebaño, las ramas que había descortezado. Y cuando los animales iban a beber, entraban en celo.
- De esta manera, se unían delante de las ramas y así tenían crías rayadas, moteadas o manchadas.
- Además, Jacob separó a los carneros y los puso frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. Así pudo formar sus propios rebaños, que mantuvo separados de los rebaños de Labán.
- Y cuando los animales que entraban en celo eran robustos, Jacob ponía las ramas en los bebederos, bien a la vista de los animales, para que se unieran delante de las ramas;
- pero cuando los animales eran débiles, no las ponía. Así los animales robustos eran para Jacob, y los débiles para Labán.
- De esta manera Jacob se hizo extremadamente rico, y llegó a tener una gran cantidad de ganado, de esclavos, esclavas, camellos y asnos.